Para actuar y cantar en México, Claudia Arce se fue a vivir cerca de Televisa y vendió su coche

Para muchos, un día la presentadora y ex Miss Bolivia Claudia Arce desapareció de las pantallas de la televisión paceña, y al otro anunciaba su concierto virtual como cantante y compositora desde México. Luego se supo que sus días transcurrían entre los foros de Televisa y que aparecía en novelas y series.

Al poco tiempo, la comenzamos a ver interpretando a la intrigante y seductora Candela  en La desalmada, la telenovela del momento en Televisa y Univisión. A las semanas su canción (Candela) se escuchaba en los capítulos de la novela producida por José Alberto Castro. ¿Todo pasó tan rápido?

“Sí, desde afuera, pero desde adentro ¡no!”, responde emocionada la chuquisaqueña desde México, lanzando esa risa espontanea, sin maquillaje, que le sale cuando se refiere al esfuerzo y entrega que le pone a lo que hace.

Claudia como Candela en un paréntesis en la filmación.

Hace tres años que está en México, se graduó en el Centro de Artísticas de Televisa (CEA) y se instaló en una vivienda a pasos de Televisa, adonde fue a golpear puertas de las productoras y a sentarse horas, preguntando si había un papel para ella, haciendo castings, una y otra vez. Al mismo tiempo, comenzó a construir su carrera de cantante, componiendo sus canciones, grabándolas y organizando su primer concierto online que realizó en mayo. Vendió hasta su coche e invirtió todos sus recursos.

La boliviana en el primer concierto que ofreció, en mayo.

“Mi primer videoclip lo estreno este mes, con la canción Siempre has  sido tú, lo producí y dirigí yo. Es muy costoso, pero si quieres hacerlo tienes que invertir todo, aunque llega un punto como el mío en el que ya vendí mi coche para hacer el concierto, ya me gasté lo de Candela para hacer el video y a veces me pregunto ¿ahora cómo hago? ¡Ahh!,  me acuerdo que me quedan  como 20 pesos para comprarme mi sopa Maruchan (risas)”, cuenta.

Los actores Livia Brito, Raúl Ariza y Claudia Arce (fondo).

Y su carrera de artista de novelas también corre por su cuenta; eso sí, está muy agradecida por el “puntapié” de inicio que le dio Jimena Herrera, otra actriz boliviana que triunfa desde México. La conoció en ese país, salieron, fueron a un karaoke, la vio cantar y le dijo: “Claudia tienes que venir a México, te consigo una entrevista en el CEA”. Y así fue, tres años después Claudia Arce cuenta en esta entrevista los pasos que dio para llegar  donde está.

Hasta ahora le va muy bien con los personajes antagónicos, apuesta a ser una femme fatal de las novelas y sueña con ser la siguiente Teresa, que Salma Hayek protagonizó en 1989; es que nuestra boliviana no quiere ser una María.

Claudia, fundida en un abrazo con su abuelo.

Ésta es la conversación con la exreina de belleza descendiente del expresidente Aniceto Arce (1824-1906); administradora de empresas que habla tres idiomas y que en el colegio fue campeona de física, química, astronomía y astrofísica.

¿Cómo lograste todo esto?

Fue un cambio rápido y radical. En La Paz estaba en mi zona de confort, en mi mejor momento laboral, pero surgió la oportunidad de venir a México y estudiar en el CEA. Me gradué y empecé a tocar puertas de las productoras Televisa para ingresar a las telenovelas. Me costó. La primera telenovela donde actué fue Médicos, línea de vida. Luego vino la serie La Rosa de Guadalupe, después Vencer el desamor, Qué le pasa a mi familia y ahora La desalmada, con un personaje que es una gran oportunidad porque me permitió meter mi primera canción (Candela) a una telenovela.

¿Qué hacías en La Paz cuando decidiste irte a México?

Me preparaba, estaba muy cerca del teatro musical, comencé en 2013. En 2016 participé en la serie La Entrega y en 2017 estuve en Fuertes, incursionando en el cine.

¿Desde cuándo estás en la actuación?

Desde el colegio. Me acuerdo que era la más interesada en la clase de Literatura cuando montábamos las obras de teatro con la maestra Carmen Hinojosa; quería ser la protagonista y armaba todo, como lo hago ahora con mi música. Tal vez esto estaba destinado para mí desde niña y me demoré en desarrollarlo,  porque llegué a creer lo que todos dicen, que no se puede vivir del arte, por eso estudié Administración de Empresas. En México ya no tenía que madrugar para trabajar en un programa de televisión, estudiar en la tarde y practicar teatro musical en la noche; sólo tenía que enfocarme en  la actuación y en el canto, así todo se potenció. Yo nunca dije quiero ser actriz, desde chiquita decía que quería ser cantante.

Todo tu tiempo dedicado a ser artista,  ¿qué descubriste en ti?

Que soy más sensible de lo que pensaba (risas). En La Paz, en Bolivia, siempre me mostraba muy centrada,  ofrecía  a la gente una sonrisa, mostraba la mejor versión de mí, lo que esperaban ver, pero, muchas veces sin ver lo que estaba pasando en mí; pero en este proceso me tocó ir adentro y ver qué me pasaba, porque trabajo con mis emociones.

¿Con qué tipo de gente te encontraste en el CEA?

Hay de todo, desde una rusa hasta una boliviana (risas); literal porque yo también, como la rusa que llegó al CEA,  era una bicho raro. La chica de Rusia hablaba tan bien el español que un día le pregunté dónde aprendió el idioma y me sorprendió con su respuesta: “Viendo las telenovelas”. Venía de un país tan lejano, diferente

y tenía la misma inquietud, el mismo sueño que yo,  y eso me emocionaba. Pero al CEA  llega desde un joven de Oxaca, hasta la hija de un ministro de Haití, por ejemplo.

¿Hay edad para realizar el sueño de actuar?

En todos los casos es muy particular. Siempre me preguntan cómo aprendí a cantar;  yo recuerdo que siempre cantaba, las clases me ayudaron a mejorar. Con la

actuación no hay edad porque uno puede dar vida a diferentes personajes. Creo que las pasiones te llaman desde niño y las oportunidades se encuentran en el camino.

¿Llevas una cuenta de cuántas veces fuiste a Televisa  antes de lograr un papel?

¡Ay,  no!, pero por lo menos iba dos o tres veces a la semana; si no encontraba a la persona,  me iba a tomar un café. Elegí vivir cerca de Televisa para estar todo el tiempo por allá, porque a santo que no ven no le ponen vela.

Hasta ahora la mayoría de tus personajes son de femme fatal.

Qué loco, ¿ no? Hice el papel de Jacky, una amiga con derechos, luego el de una chica de un bar buscando el amor; después interpreté una mujer muy hostil, desconfiada; más tarde a una mujer lisiada, que es una villana intensa. Ahora, en La desalmada, con Candela está genial porque estoy en toda la telenovela, lo que me ayudó a construir mejor el personaje. Empecé Me estoy enamorando,  donde soy una chica judía rebelde.

Evolucionas como femme fatal.

Sí, yo ya me vi, y quiero ser la siguiente Teresa que interpretó Salma Hayek. Disfruto mucho con los personajes que son protagónicos y al mismo tiempo antagónicos, porque creo que la gente más rota, los corazones más dolidos, son los que más se pueden explotar como personaje; por eso me encantaría, y voy a pedir un deseo: ¡Quiero ser la siguiente Teresa!

¿Cómo va  tu música?

Tengo seis canciones modo live acoustic en YouTube que son parte del concierto que di y otras dos que producí recién, aunque no saqué ningún videoclip oficial. Mi primer videoclip lo estreno este mes, con la canción Siempre has sido tú. Lo producí yo,  hice la historia. Es chistoso porque en la plaqueta decía “Dirección Claudia Arce”, “Toma uno, Claudia Arce”. Venía mi vecina que me ayudaba con la plaqueta y decía: “Claudia Arce , solista lista, haciendo todo solita, toma 3” y ¡clac! (risas).  Toca así porque todavía no he tenido ningún apoyo para hacer mi música, ni para mi concierto; todo lo que hice hasta ahora  salió de mi bolsillo.  Me encantaría sacar videoclips oficiales para Invítame y Tu paraíso, pero las ideas que tengo son  costosas, necesito comenzar a buscar relaciones, sponsors en Bolivia.

¿Compones  tus canciones?

Sí, creo que tengo como un karma, me parece, porque cada vez que me enamoro escribo una canción, y cuando me desenamoro otra, y digo: esto debe ser un castigo, no es normal (risas). Ahora tengo una que escribí el domingo, según yo hace como una semana me volví a enamorar. Es así hasta que conozco a la persona y me desilusiono, así soy;  llegué a un punto en mi vida en que soy demasiado exigente conmigo y mi pareja. Cuando alguien me toca el corazón y me lo rompe, llego a mi casa, lloro en mi silla y comienzo a escribir… Ésta es la canción que estaba haciendo (la canta).

¿A cuánta gente le gustan tus canciones? lo debes ver en tus redes sociales

En el concierto me fue muy bien y me sirvió para medir, porque uno ve que en Instagram le siguen tantas personas, pero de ahí a la realidad, a quién te va a consumir, es otro cuento. Vendimos entradas online a 400 personas, con esa cantidad llenas un teatro chico, por eso seguí adelante.

¿Cómo lograste llevar tu canción a La desalmada?

Yo creo que fue por insistir. Escribí dos canciones para Candela, las grabé en mi casa  y fui todos los días que no tenía llamado a la producción, a sentarme y esperar al productor. Durante dos semanas no lo encontré, a la tercera sí, le hice escuchar las canciones y me dijo: están bonitas, lo vamos a ver. Pasó otra semana y yo seguía molestando, escribiéndole, hasta que me lo encontré y me dijo que no tenían presupuesto; yo le dije que no había problema. Firmé,  cedí los derechos de esa canción y los réditos no serán explotados por mí, pero visualizará a las demás.

¿Cuáles son tus planes?

Tengo muchos proyectos musicales en la cabeza, pero me frena el tema económico; aunque me consigo las cosas de a poco, porque cuando no hay dinero disponible lo que toca es trabajar el doble y buscar soluciones para alcanzar lo que estás soñando y nada sea un impedimento.

¿Qué fue lo que más te costó hasta ahora?

La verdad,  lo sigo sufriendo: sinceramente, siento que desde que vine a México, últimamente me sigue más la gente de acá,  y me siento como mal de estar tan ausente en mi país. Tal vez la música está logrando nuevamente esa conexión con la gente que estaba conmigo.

¿Un consejo para quienes en Bolivia sueñan con ser artistas?

Decisión, primero;   segundo,  empezar por donde se pueda. Yo ahora digo ¡wow, qué cool, todo lo que estoy haciendo! Hace 10 años pensaba cómo me gustaría estar en la novela de Ana Breco, de Daniel Arenas, ¡y ahora estoy actuando con ellos, cara a cara! Tercero: no rendirse porque uno nunca sabe hasta dónde puede llegar intentando.

Claudia disfrutando de Lucy, su cachorra compañera.

Toca así porque todavía no he tenido ningún apoyo para hacer mi música ni para mi concierto; todo lo que hice hasta ahora salió de mi bolsillo.

//Pagina Siete

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